Sant Feliu de Llobregat se estrenaba con un encuentro de nivel correspondiente a la segunda jornada de la primera división nacional. Los de Oscar Trigo recibían al recientemente descendido Servigest Burgos, con las expectativas de ser un partido largo y duro para los locales. Al final, los visitantes impusieron su ley (40-59).
Los primeros compases del partido ya nos enseñaban la gran capacidad de acierto de los visitantes, liderados por un gran Efrain Martínez, buscando tiros liberados para sus jugadores grandes y tirando sin problema desde la larga distancia. La primera rotación de los locales no acababa de encajar demasiado y no fue capaz de entrar en partido, llevando a tener un mal inicio y a, en menos de cinco minutos jugados, haber encajado ya 12 puntos en contra (2-12).
La segunda rotación local obligaba a que Fernado Valderrama tuviera que tomar las riendas del equipo y pudiera imponer más juego y ritmo en el ataque azulgrana. De la mano de un bien tronado Ivan Gómez, que conseguía sus primeros puntos esta temporada, conseguían ser capaces de anotar con cierto ritmo y poner en mayores dificultades a los visitantes subiendo la intensidad defensiva.
El ritmo de anotación visitante parecía cesarse un poco en el segundo cuarto del partido, derivado de un cambio de actitud en la defensa local, donde las acciones y los tiros debían ser más forzados, lo que ayudaba a bajar acierto del conjunto de Castilla y León.
Esta situación gustaba al técnico barcelonista que probaba, y acertaba, con la tercera rotación del partido, pudiendo llegar a la mitad del encuentro con una diferencia sólo de 10 puntos (18-28).
Las sensaciones eran buenas en el final de la primera mitad, los locales volvían a salir al campo con la esperanza de poder mantener el nivel defensivo que habían implantado con anterioridad, y que tan bien les había funcionado.
Así lo auguraban las primeras posesiones de la reanudación, un intercambio de canastas entre ambos equipos, haciendo esperar la posibilidad de poder ajustar el marcador para los locales. Hasta que a falta de cuatro minutos para finalizar el cuarto ciertos errores no forzados daban la posibilidad al Burgos de poder implantar un parcial de 0-8 y obligaba a Oscar Trigo a gastar un tiempo muerto para parar el castigo inesperado que acababan de recibir.
El golpe de efecto hacía su función y conseguía que los locales ganaran los últimos minutos del tercer cuarto 6-4 y llevaran a finalizar el período con un resultado global de 28-45.
El esperado inicio del último cuarto hacía pensar que podría ajustarse un poco más el partido si los locales seguían haciendo el trabajo que habían empezado a realizar a partir del segundo cuarto. Y así fue, los primeros minutos llevaban a esperanzar el encuentro y llegar a falta de seis minutos a bajar la barrera de los diez puntos colocando el 40-49 en el marcador.
Pero la batería se acabó, y de nuevo, fallos no forzados cometidos por los locales, hacían encajar otro parcial de 0-8 donde se escapaban las pequeñas posibilidades que podían tener para ajustar el partido, y así terminando con un resultado final de 40-59.