El equipo de baloncesto silla se desplazaba a Ferrol con intención de hacer frente al principal favorito al ascenso, pero no tuvo ninguna opción ante un rival muy superior
Eran las 3:15 de la madrugada del sábado, los integrantes del equipo de baloncesto en silla de ruedas empiezan a activarse para llegar a la hora de convocatoria fijada por el equipo técnico, y, es que salir en un vuelo a primera hora de la mañana, por un equipo de baloncesto en silla de ruedas, no es una buena noticia. El protocolo de actuación de las líneas aéreas comerciales obligan a facturar a los equipos dos horas antes de la salida del avión hacia destino. Así que a las 5:00 de la madrugada, puntualmente, el equipo cargaba el material a la cinta especial y se disponía a iniciar una jornada maratoniana ante uno de los principales favoritos para ganar esta fase de ascenso.
También puntualmente 17:00, empezaba el partido contra el Basketmi Ferrol. Con el equipo de lujo y su poderoso triángulo ofensivo de puntos altos concentrados el árbitro principal, ponía la pelota en juego. La primera acción del partido ya presagiaría el devenir del partido, un salto ganado con contundencia que daba pie a una transición fácil finalizada por el equipo local.
Aun así, el equipo azulgrana estaba dispuesto a luchar a cada acción del partido y no renunciar a su juego directo y agresivo, cosa que consiguió de la mano de las transiciones de Biel Carbó y Fernando Valderrama, que conseguían con una defensa al límite y una transición rápida frenar las expectativas del equipo local de lograr una ventaja fácil desde los primeros minutos de juego. A la pista se podía disfrutar de un espectáculo de buen baloncesto en silla de ruedas que quedó frenado con la tercera falta personal de Ivan Gómez. Esta falta, obligaba a hacer el primer cambio del partido, y perder altura a pista, hecho que el equipo local aprovechó para ganar con fáciles transiciones la pintura azulgrana, que veía impotente como en cuestión de segundos el equipo del Ferrol marchaba del marcador con una diferencia de diez puntos. Con el resultado de 38 -25 finalizaba la primera parte del partido.
El paso por el vestuario no cambió mucho la dinámica del partido, el equipo local se sentía cómodo con las transiciones y, la ventaja de altura, generaba un dominio total en el rebote ofensivo y defensivo de los locales que hacía que el marcador llegara a una diferencia de casi veinte puntos al final del tercer cuarto. Destacar y valorar, que el equipo de Òscar Trigo no bajó los brazos en ningún momento y aunque las sensaciones del partido eran negativas la actitud del equipo fue de libro.
En el último cuarto, los intentos de bajar la diferencia no cambiaron mucho las sensaciones y con un incombustible Fernando Valderrama luchando a la pintura (27 puntos) llegó el final del partido con un resultado final de 67-46. Resultado que con un gusto amargo, puesto que el equipo se presentaba con mucha ilusión competitiva a este partido, para afianzar su progreso ante un gran rival, la progresión colectiva del equipo.
Toca continuar trabajando y creciendo como grupo para hacer frente en el siguiente reto, el derbi local hacia el Joventut BCR.